Sara Luisan Sara Luisan

Caminar nos despierta...

Caminar nos despierta...

No solo el cuerpo. Despierta la mente, el ánimo y las ideas. Salir a caminar temprano, cuando el aire es frío y el sol aún no asoma, es una de esas decisiones que transforman el día.

No solo el cuerpo. También la cabeza, el ánimo, las emociones y las ideas.

Salir temprano —cuando el cielo aún no decide si va a brillar o no— es una de esas decisiones que cambian todo el día. El viento helado, la respiración que se enciende, la ciudad aún en estado de pausa y esa sensación de moverme en el futuro.

En esas caminatas matutinas no solo hay ejercicio.
Hay reconexión.
Conmigo, con mi cuerpo, con lo que soy y lo que quiero crear.

Caminar me hace pensar mejor, quererme más, mirar con otros ojos.
A veces nacen ideas, otras veces imágenes que luego fotografío. Y muchas veces, solo nace el deseo de ser una mejor versión de mí: más atenta, más presente.

También me reconecta con mi entorno:
con mi barrio, con mi ciudad, con la naturaleza que quiero proteger.
Me hace querer cuidar lo que piso, lo que respiro, lo que compartimos.

Empezar el día así me recuerda que el movimiento no es solo físico.
También es emocional, mental, creativo.
Y a veces, eso es justo lo que más necesitamos para seguir.

Descubrir el valor de lo simple también puede ser una estrategia de vida.

Las caminatas matinales, tan comunes en culturas orientales y en las Zonas Azules —aquellas regiones donde las personas viven más y mejor— nos recuerdan que la longevidad también se construye con pequeñas decisiones: aire puro, movimiento diario, alimentos reales, vínculos sanos y propósito.

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Sara Luisan Sara Luisan

¿Pueden las marcas ayudarnos a ser mejores ciudadanos?

¿Y si las marcas pensaran en ciudadanos, no solo en consumidores?

Las marcas tienen más influencia cultural de la que creen. Con cada decisión, contenido o campaña, están moldeando conductas, valores y formas de vivir juntos.

Este reflexión es una invitación a mirar el marketing y la comunicación desde otro lugar:
uno que no solo impulse ventas, sino también hábitos más conscientes y comunidades más conectadas.

En tiempos donde todo se mide en clics, ventas y notoriedad, pocas veces nos detenemos a pensar en el verdadero poder cultural que tienen las marcas.

Las marcas educan sin proponérselo. Con cada campaña, cartel, producto o mensaje están moldeando hábitos, ideas, modelos de convivencia.

Porque si tienen ese poder, también tienen la responsabilidad —según yo— y la oportunidad estratégica de usarlo para el bien común.

¿Qué pasaría si una marca de moda enseñara sobre consumo consciente, reutilización o reparación? ¿Y si aquellas de precios más elevados educaran a sus consumidores sobre cómo cuidar mejor sus prendas, en lugar de dejar toda esa responsabilidad en una pequeña etiqueta que casi nadie lee?

Sí, marcas como Patagonia ya lo hacen, porque su propósito es claro y están posicionadas desde ahí. Pero ¿qué hay de las marcas de lujo, de semi-lujo o incluso del retail masivo como Zara, que hoy buscan conectar con otros públicos y valores?

¿Y si una cadena de supermercados explicara en sus contenidos sobre prevención, alimentación consciente o ideas accesibles para mejorar su bienestar ?

Lo digo con conocimiento: hace algunos años, cuando fui directora de arte en una agencia que realizaba los catálogos y recetarios de Walmart, propuse algo parecido. Y todavía creo que ese tipo de acciones podrían haber generado más comunidad, más cercanía y más impacto que cualquier promoción.

Algunos de los catálogos diseñados para Walmart en mi rol como directora de arte.

¿Y si una empresa de transporte visibilizara buenas prácticas de convivencia urbana entre peatones, ciclistas y conductores, ayudando a prevenir accidentes? No hablo de campañas con medallas.
Hablo de acciones pequeñas, consistentes, con visión.
Porque las marcas no reemplazan el rol público en estas materias, pero sí pueden acompañarlo.
Pueden ser puentes entre las instituciones que nos fortalecen como ciudadanos y las personas.
Y pueden —si quieren— ayudarnos a vivir mejor entre todos.

Tal vez es hora de dejar de pensar solo en consumidores…
y empezar a pensar más en ciudadanos.
— Sara Rojas Fuentes
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Sara Luisan Sara Luisan

Kind Brands and People.

Es un espacio honesto, imperfecto y flexible. Es una bitácora de lo que veo, lo que aprendo y lo que a veces me detengo a pensar.

Bienvenidos a este blog. Un espacio donde convergen marcas y personas. Donde las ideas toman forma, se cuestionan y a veces solo se observan. Se llama Kind Brands and People, por que creo que las marcas más auténticas y duraderas son aquellas que se construyen desde la empatía, cultivando relaciones genuinas y poniendo siempre a las personas en el centro.

Este blog nace porque creo que el marketing, la estrategia, el diseño o la fotografía no se construyen en silencio. Todo lo que hacemos nace de una observación constante: del entorno, del mercado, de los cambios culturales, pero sobre todo, de las personas.

Me gusta escribir, siempre me ha gustado y porque las marcas no solo se ven, se piensan. Y porque en el fondo, cada proyecto que se lidera parte de una pregunta, no de una respuesta.

Aquí vas a encontrar pensamientos sobre branding, reflexiones sobre la industria, aprendizajes de proyectos reales, procesos creativos, temas personales que cruzan con lo laboral, y también temas que simplemente me importan: el medioambiente, el rol ciudadano que tenemos, las narrativas que elegimos construir, lo que el diseño permite, lo que el marketing puede (y no puede) solucionar.

Este blog no es una guía, ni un manual. Es un espacio honesto, imperfecto y flexible. Es una bitácora de lo que veo, lo que aprendo y lo que a veces me detengo a pensar.

Luz solar inunda mi oficina a eso de las 7 pm en verano, captura de cámara analógica.

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